Haciendo macro he pasado grandes momentos en los que he podido retratar momentos sólo imaginables cuando los ves en los documentales. Ocurren cosas muy sorprendentes en el mundo de los insectos que ya os iré contando en próximos capítulos. En el caso que nos ocupa hoy, la protagonista inicial era una mantis, concretamente una Ameles Spallanziana. Era una sesión de modelos de lo más normal, un plató (flor rosita), un fotógrafo (el menda) y la modelo (la ameles).
Os voy a contar algo que aprendí de esta modelo. Las Ameles Spallancianas son unos mántidos no muy grandes, de 2,5 a 3 centímetros de longitud en las hembras y los machos, más pequeños aún. Es una especie en donde las diferencias entre el macho y la hembra son notorias. La hembra es rechoncha con las alas atrofiadas y muy boraz. Las hembras son muy graciosas porque al ser tan chicas y rechonchas se mueven saltando como saltamontes y es fácil confundirlas con ellos. además, presentan colores muy variados que oscilan entre varios tonos de verdes hasta marrones pardos y grisaceos, el color más raro que he encotrado en esta especie ha sido el rojo oscuro como el de la rosa roja. El macho, al contrario que la hembra es más chico aún, con alas que utiliza frecuentemente y son más difíciles de ver y controlar.
La sorpresa y que supuso una gran experiencia y nuevo reto fué fotografiar al parásito de la mantis. Si, si, las mantis tienen un parásito, no era una mosquita que se había posado sobre la mantis. Se trata de un himenóptero, primo de las abejas y avispas. En esta familia, hay una gran tradición de ladrones, parásitos y asesinos. la Mantibaria Manticida, que así se llama es un clarísimo ejemplo. Una avispa de 1 a 2 mm de longitud.
La principal ambición en esta vida de las hembras de esta especie es encontrar una mantis. Originariamente tienen alas, pero cuando encuentran una mantis, se hacen sus parásitas y al esconderse en los élitros de la mantis (protectores de las alas) pierden las suyas, ya no le hacen falta puesto que pasará el resto de su vida sobre la mantis. Durante este tiempo tienen que alimentarse de la mantis causando a veces necrosis y daños en las alas de su anfitrión . También copularán sobre la mantis y cuando esta ponga su ooteca (puesta de huevos de la mantis), la avispa se quedará en la ooteca para poner en ella sus huevos.
Como podéis ver, cuánto se aprende de una sesión de modelos con una mantis.