lunes, 12 de septiembre de 2011

Lo que se aprende haciendo macro

Haciendo macro he pasado grandes momentos en los que he podido retratar momentos sólo imaginables cuando los ves en los documentales. Ocurren cosas muy sorprendentes en el mundo de los insectos que ya os iré contando en próximos capítulos. En el caso que nos ocupa hoy, la protagonista inicial era una mantis, concretamente una Ameles Spallanziana. Era una sesión de modelos de lo más normal, un plató (flor rosita), un fotógrafo (el menda) y la modelo (la ameles).


Os voy a contar algo que aprendí de esta modelo. Las Ameles Spallancianas son unos mántidos no muy grandes, de 2,5 a 3 centímetros de longitud en las hembras y los machos, más pequeños aún. Es una especie en donde las diferencias entre el macho y la hembra son notorias. La hembra es rechoncha con las alas atrofiadas y muy boraz. Las hembras son muy graciosas porque al ser tan chicas y rechonchas se mueven saltando como saltamontes y es fácil confundirlas con ellos. además, presentan colores muy variados que oscilan entre varios tonos de verdes hasta marrones pardos y grisaceos, el color más raro que he encotrado en esta especie ha sido el rojo oscuro como el de la rosa roja. El macho, al contrario que la hembra es más chico aún, con alas que utiliza frecuentemente y son más difíciles de ver y controlar.

La sorpresa y que supuso una gran experiencia y nuevo reto fué fotografiar al parásito de la mantis. Si, si, las mantis tienen un parásito, no era una mosquita que se había posado sobre la mantis. Se trata de un himenóptero, primo de las abejas y avispas. En esta familia, hay una gran tradición de ladrones, parásitos y asesinos. la Mantibaria Manticida, que así se llama es un clarísimo ejemplo. Una avispa de 1 a 2 mm de longitud.


La principal ambición en esta vida de las hembras de esta especie es encontrar una mantis. Originariamente tienen alas, pero cuando encuentran una mantis, se hacen sus parásitas y al esconderse en los élitros de la mantis (protectores de las alas) pierden las suyas, ya no le hacen falta puesto que pasará el resto de su vida sobre la mantis. Durante este tiempo tienen que alimentarse de la mantis causando a veces necrosis y daños en las alas de su anfitrión . También copularán sobre la mantis y cuando esta ponga su ooteca (puesta de huevos de la mantis), la avispa se quedará en la ooteca para poner en ella sus huevos.

Como podéis ver, cuánto se aprende de una sesión de modelos con una mantis.

Flying tiger




Esta foto me trae grandes recuerdos de la particularidad y dificultad para conseguirla así como de la nostalgia inevitable que me provoca de esas salidas de cacería y la cámara con la que la realicé, una Kodak de 4 megapíxeles con una lente de aproximación acoplada y un difusor para el flash que concretamente para esta foto tuve que quitar porque a la mosca le molestaba y me huía

miércoles, 19 de enero de 2011

Metamorfosis

Uno de los eventos más importantes de la vida de los insectos, es el crecimiento. Cómo van madurando es algo crucial y lo más espectacular, es que a medida que lo hacen cambian drásticamente de forma. Un buen y gran motivo para documentarlo con imágenes, a pesar de que no deja de ser difícil hacer el seguimiento y requiere de gran cantidad de horas para lograrlo.
En este ejemplo, os dejo con la metamorfosis de una oruga de macaón pasando por su estado de crisálida hasta la mariposa.

miércoles, 12 de enero de 2011

Momentos.

El captar momentos concretos de los insectos es algo muy interesante. Permite enfrentarte a una situación muy complicada, en la que la precisión es la fundamental herramienta para el éxito, la elección de la velocidad, la profundidad de campo y la luz son cruciales para el resultado óptimo

Ni que decir tiene, que la paciencia es otra de las herramientas, pues no obedecen a ninguna orden tuya y lo que ellos pretenden es huir, esconderse o simplemente hacerse los despistados esperando que no los hayas visto.

¡A volar!

En esta foto, después de una sesión de retrato, detecté que la agapanthia, tenía intención de escapar volando, así que le tendí una trampa con una red alrededor de modo que cuando iniciaba el vuelo enseguida se veía truncado por la red.


Hubo que repetir el proceso varias veces hasta que salió esta foto.







3, 2, 1, .... ¡Despegue!

Algo similar hice con esta empusa, en esta ocasión, mi pericia todavía no era buena y no iluminé el fondo.


















¿Un trago?


Una mosca imitadora que da perfectamente el pego como abeja

La pillé libando las flores, mi intención fue la de pillarla in fraganti haciéndo.
















La mala educación
En este caso, conseguí pillar a una abeja terminando de libar. me apresuré, pues no pierden el tiempo e imendiatamente parten para otra flor, pero en esta ocasión, antes de salir volando, la abeja procedió a limpiarse la boca, de modo que fui capaz de pillarla con todo el aparato bucal desplegado.
















Por cierto, en las dos fotos anteriores, podréis apreciar la diferencia entre la mosca imitadora y la abeja de verdad, la realidad es que la imita bastante bien.



Un descansito.

En esta ocasión, pillé durmiendo a un grupo de avispas, descansaban en un día nublado en la que la luminosidad era insuficiente para ellas, de modo que no podían volar, así que me aproveché de ello y este fue el resultado.















De paseo


Un día, visitando los cardos en flor, que son un excelente escenario por su color violeta y la multitud de pistilos que presentan. Su morfología obliga a los insectos a esforzarse por ladearlos para llegar al preciado polen, de este modo, polinizan la flor. Pues bien, este momento es muy interesante para cazarlos en posturas inverosímiles como es el caso de este escarabajo.

CARA A CARA CON LOS BICHOS.

Esta colección de "retratos de insectos", si, si, retratos... pues lo que pretendía, era lograr un cara a cara con ellos, fué realizada con mi vieja Kodak 6490DX de 4 megapíxeles, con la que se podría decir que me inicié en la fotografía. Para lograrlo, la modifiqué añadiéndole un tubo de extensión y una lente Rainox 250DCX que me permitía exprimir al máximo sus 380mm con una nitidez increibles, eso sí, a menos de 10 cm del bicho y teniendo que utilizar un difusor casero para conseguir luz.

"Esa boquita"
Recuerdo como si fuese ayer la realización de esta foto, son momentos de intensa concentración en los que esperas que el avispón de más de 4 cm de largo, te dé la foto de su vida, en este caso, aproveché la oscuridad para evitar que volase y con una luz seguía a la avispa, hasta que en un momento, se puso a acicalarse, esa era la mía, pues con muy poco tiempo disponible tenía que lograr sacarle la foto. En este caso, logré obtener un gran detalle de su aparato bucal limpiándo una de sus patas.

"Sonrisas"


En esta ocasión, se me ocurrió salir a hacer fotos a las tres de la tarde en pleno verano, ¡una locura! pero que tuvo su recompensa, hacía algo de viento y las libélulas estaban muy activas. Pensé, no voy a sacar nada, pero ya que he salido, ¡que demonios! ¡voy a intentarlo!, así que empecé a seguirlas hasta que dí con una que acababa de posarse en una ramita de hinojo de unos 190 cm de altura. Me aproximé y me dejó, se estaba comiendo una mosca que acababa de cazar al vuelo, así que dispuse mi cámara a unos 10 cms de la libélula y esperé a que el viento y el cimbreo de la rama me dejasen un momento para enfocar e inmortalizar esa sonrisa.

"Ojos negros"


Las tárantulas me encantan, yo las llamo ojos de gato, pues en la oscuridad sus ojos brillan como los de los mininos, tienen movimientos eléctricos que le hacen salir corriendo a velocidades de vértigo y las hacen muy difíciles de seguir, pero cuando se paran, brindan la oportunidad de sacar imágenes como esta. Para lograrla, me tiré al suelo y me puse frente a ella, esperando que no saliese corriendo hacia mí, pues cuando la ves por el visor intimidan bastante.
"Butterfly"


En este caso, una mañana de primavera, creo recordar, me levanté muy temprano y me dispuse a buscar bichos antes de que el sol saliese. Las mariposas, son muy difíciles de fotografiar a esta distancia, pues no te lo permiten a menos que estén en condiciones de desventaja. Este fué el caso, pues la luz del sol todavía no despuntaba y la oscuridad y el frio le impedían iniciar el vuelo, así que me aproveché de ello, pero cuando los primeros rayos de luz tocaron sus alas, desapareció volando sobre el prado donde la encontré.

¡Aparta...!


Curiosamente, esta foto la tomé en el mismo prado que la de la mariposa, también al alba, cuando todavía no despuntaban los rayos del sol. había frecuentado el lugar varios días y había observado un zumbido de aleteo estático, la curiosidad me hizo buscar con el oido al causante. ¡Y bíngo! encontré a la mosquita causante, de la familia de las sirfidae cuya característica en vuelo es la gran precisión y rapidez de su aleteo, que les permite volar en posición estática. Estos parecían tener la costumbre de hacer el calentamiento antes de la salida del sol, así que se me ocurrió hacerle una foto en pleno vuelo. La dificultad fué tremenda, pues contaba con poquísimos medios y estaba yo sólo para fotografiarlo. el fondo se me quedaba en el infinito y la luz disponible era escasísima, para complicarlo del todo, a la modelo, parecía no gustarle el difusor blanco de la cámara, pues huía de el, así que tuve que quitarlo para hacer la foto. Para lograrlo, alargué un poco la exposición midiendo al fondo y con el flash en la segunda cortinilla, disparé para congelar el vuelo de la mosca, fue difícil, pues la profundidad de campo era mínima y el tiempo de exposición podía hacer que hasta el disparo del flash, se hubiese perdido el foco.